Ellos, como dos nubes en trueno
Se unen en los antiguos huracanes
Que hace tiempo dejaron
En las sabanas de barro
El, creador de senos perfectos,
Maestro de besos a media noche,
Testigo fiel de gemidos perpetuos;
El Alfarero de la mujer indómita.
Ella, con la luna en vientre
Y los ojos a fuego lento
Destilando agua viva de su manantial perdido…
Envolviendo al Fausto alfarero
En piernas de sueños.
Con la inocencia herida
Y el cansancio ganado…
Ellos, como nubes en trueno
Que entre trueno y trueno
Dejaron lo eterno,
Y solo barro en las sabanas.
El Mesiaz